La mampara clásica redefine la elegancia con su atemporalidad y sencillez. Su diseño en color blanco básico aporta un toque de sofisticación, mientras que el «acrílico de agua viva» añade un elemento distintivo y vibrante. Esta combinación crea una barrera visualmente atractiva que se integra con gracia en cualquier entorno, fusionando lo clásico con un toque de vitalidad contemporánea.